En este artículo exploraremos un rol de la moda pasado por alto durante una época de gran crisis mundial. Además de ser un componente que nos brinda un sentido de humanidad, compasión, y expresión de la creatividad, la moda puede servir como elemento clave en la reactivación de varios sectores de la economía.
A pesar de los bombardeos y de la austeridad, en Reino Unido no hubo escasez de estilo durante la Segunda Guerra Mundial.
Una nueva exhibición en el Museo Imperial de Guerra en Londres explora cómo el conflicto marcó y cambió la moda británica.
Los cupones de ropa limitaban lo que la gente podía comprar y las normas impuestas por el gobierno de la época marcaban los estilos disponibles.
Pero en medio de las restricciones, aún había color.
Coser y cantar
La cultura de remendar y reutilizar prendas usadas, que recibió el apoyo oficial de la Oficina de Comercio en 1942, empezó a proliferar.
Como los cupones ponían un límite a las prendas que se podían comprar en las tiendas, viejos atuendos olvidados en el fondo del armario fueron adaptados y tuvieron nueva vida.
Así, un antiguo traje masculino podía convertirse en conjunto de falda y chaqueta de mujer.
Otro ejemplo es la capa infantil de la foto, que parece haber sido confeccionada en un apuro y que está hecha con una manta vieja.
Con la amenaza de los bombardeos nocturnos en gran parte del país, una nueva moda surgió.
El "traje de sirena" de más abajo es una forma primitiva del sofisticado mono o prenda de una pieza que está en auge hoy en día.
Muy modernos en los años de la guerra, eran trajes que se podían poner muy fácilmente en medio de la noche y con la prisa por llegar a los refugios antiaéreos.
Muchas personas se cosieron sus propios monos. Las versiones un tanto más elegantes se conseguían con los cupones en las tiendas.
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